Mi mundo es todo el mundo. En la construcción de imágenes opero desde lo autorreferencial. Intento abordar lo inabarcable e inasible de mi cotidianidad mediante recursos que suelen provenir de prácticas escolares y me permiten manifestar cierto sentimiento de vulnerabilidad.
La rutina del día a día comienza a manifestarse en mi obra a partir de una serie de pequeños dibujos que retratan objetos cotidianos.
La casa, signo que atraviesa mi producción en un extenso período temporal, migra de soporte constantemente. Albergue de ensueños y tedio al mismo tiempo, se adhiere a la pared y evidencia la ilusión del arraigo, la incerteza de su habitabilidad. Frágil estructura sin paredes, emerge de la imaginaria línea de horizonte.
El jabón ocluye la casa. Su materialidad puede vincularse al agua; resbaladiza y pequeña, cabe en una mano. Disciplino la materia de modo encubierto: la presión desde el dorso impone el relieve al papel. Y en el umbral de lo visible, la luz evidencia la marca indeleble.
Pequeño signo esquemático en continua deriva, como una voz lejana, se diluye en “accidentales” hilos de tinta. Es posible en esa inversión reconsiderar su dibujo?