Geli Gonzalez

Novedades

Derramarme

Videoperformance

Duración aproximada: 00:06:00
Idea original: Geli González
Fotos: Javier Juárez
Video: edición de Alejandro Gómez Tolosa / Material crudo: Javier Juárez

Recursos: palangana, agua.

San Miguel de Tucumán

2002

En Derramarme propongo una acción. Corro. Mis manos sostienen firmemente una palangana llena de agua. Intento que ésta no se derrame. La tensión ante tal esfuerzo torna dramática cada gota que desborda y el piso es mudo testigo de lo inevitable: el líquido caído deja una huella tras de mí (un dibujo quizá).
… Y me derramo con el agua

 

Registro

Concierto para loza a dos manos

Videoperformance

Duración aproximada: 00:07:00
Idea original: Geli González
Colaboración: Viva Laura Pérez y Flavia Romano
Video: Javier Soria Vázquez

Recursos: piezas de loza, cámara filmadora.

San Miguel de Tucumán

2015

La acción consistió en cubrir el encuadre de la toma con la loza y otros elementos amarillos. El sonido de la loza en los movimientos y por el roce entre las piezas, fue generando el plano sonoro.

 

 

Registro

 

 

Concierto para loza a dos manos from Geli González on Vimeo.

Vislumbre

Mujer, cuerpo e independencia – Munt, 2016

Desobedientes e indóciles, nos rebelamos a confinamiento alguno. En todo caso, construimos a sabiendas nuestros propios encierros.

Entramos a la sala y descubrimos un accidente, y ese accidente se convierte en parte del artilugio.

Erigir un refugio en una casa. Ocultarnos en una “máquina de mirar”, observar el mundo desde allí. Luchar por su dominio, intentar atraparlo fugazmente. Contienda en la que nos embarcamos junto a Guadalupe al perseguir lo inalcanzable, esa imagen disfuncional en su provisoriedad. Tiempo puesto en acto.

Tierra, suelo, origen y final. Trasladamos y construimos. Con Sofía erguimos en monolitos el material desgranable. Pero diseño y orden son precarios: la sucesión de los días trastoca lo compacto y se impone una suerte de comportamiento nómada. Un nuevo desplazamiento se inicia. Una construcción que provoca a la deconstrucción.

Algo sucede también con el orden habitual de la arquitectura. Inestabilidad. Alteración provocada por un cortinado en sospechoso derrumbe, la sala parece “girada” en uno de sus ángulos; el largo en exceso de la tela suma desacuerdo a la situación. En un intento de suspender el  olvido, de detener los estragos del tiempo, nos obstinamos con Geli en reconstruir los objetos “petrificando” sus interiores, en asir lo escurridizo mediante siluetas deslumbrantes, en sus ya  débiles estertores.

Tucumán, Marzo de 2016.

Artistas: Guadalupe Creche, Sofía Noble y Geli González

 

 

VISLUMBRE. Instalación. Tela, caño, ventilador. Medidas variables. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Pintura sobre pared. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Pintura sobre pared. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Pintura sobre pared. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Estante, yeso, cemento blanco. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Estante, yeso, cemento blanco. 2016

 

VISLUMBRE. Instalación. Mujer, cuerpo e independencia. Detalle. Estante, yeso, cemento blanco. 2016

 

 

MUJER, CUERPO E INDEPENDENCIA

Luchas y resistencias de la mujer de cara al bicentenario

Texto curatorial (Valentina Mitrovich y Javier El Vázquez)

Pensar a la mujer y la independencia como dos disparadores significativos en el marco del Bicentenario de la emancipación de nuestro país, nos ha llevado inevitablemente a preguntarnos sobre algunas cuestiones: ¿Qué significa hoy ser independiente para las mujeres?; ¿Emancipación y libertad son derechos consagrados y reconocidos a las mujeres o son aspiraciones por las cuales aún tienen que luchar?, ¿Cuáles son los “campos” de batalla” en donde se libran esas luchas? Con estos interrogantes como norte decidimos brindar un espacio abierto, reflexivo y convocante a todo público. Nuestro enfoque curatorial pretende dar visibilidad a problemáticas que las mujeres han padecido particularmente a lo largo de la historia. Problemáticas que involucran a la sociedad en su conjunto. En ese sentido hemos evitado situarlas en una línea tiempo, que marque un recorrido impuesto por los relatos históricos tradicionales, en donde las mujeres solo son protagonistas de hechos puntuales. La estructura de toda la exposición gira alrededor de tres ejes: Encierros domésticos; Resistencias y luchas; Desapropiación y reapropiación del cuerpo. Cada uno de ellos aborda parte de los procesos que fueron y son transversales a la historia de las luchas de la emancipación de las mujeres. Hemos procurado que la mirada esté puesta en aquellos espacios donde se construyeron (y se construyen aún) prejuicios y en aquellas prácticas que desafían estereotipos elaborados y/o impuestos acerca de los roles de la mujer así como las cualidades o características de lo femenino, contribuyendo a instalar y cimentar las desigualdades. Las mujeres históricamente, han sido determinadas a cumplir un encierro en el hogar, y con ello su lugar ha estado delimitado a cumplir los roles de madres, de esposas y de amas de casa. Maternidad y familia constituyeron el lado mítico de definición de lo femenino. Consecuentemente, esta mitificación a lo largo del tiempo fue normativizando y organizando la diferencia sexual. Es decir, se fijaron comportamientos “socialmente aceptables” para las mujeres y características propias de la “personalidad femenina”: la sumisión, la dulzura, la educación moral, los sentimientos maternales, la sexualidad pasiva. Este delineamiento y control sobre las mujeres, fue situándolas en los márgenes del espacio público y al mismo tiempo invisibilizando su participación en la historia. Sin embargo, no podemos interpretar de manera lineal la historia de las mujeres sin pensar que a estos mecanismos de control se opusieron enormes y valientes actos de rebeldía y autonomía. Un componente estrechamente vinculado con las prácticas de lucha y resistencia de las mujeres es el que se refiere a la conciencia, una conciencia de la opresión, una conciencia de grupo, de identidades comunes, de lucha colectiva, o desde una soledad no siempre militante, sino simplemente transgresora, por parte de mujeres que se sintieron dueñas de sus cuerpos y de sus vidas. Muchas de estas luchas que llevaron adelante las mujeres, fueron realizadas sin una noción clara del significado emancipatorio de esos actos, en donde las mujeres rompían las cadenas del confinamiento doméstico, para ocupar lugares en el trabajo, en las calles, en las movilizaciones, espacios tradicionalmente otorgados a los varones. Por lo general, a lo largo de la historia, el cuerpo femenino estuvo cargado de connotaciones negativas. Las mujeres fueron vistas, estudiadas y analizadas como no-varones. Esta desapropiación del cuerpo llevó a construcciones estigmatizadas y se les impuso que no puedan decidir sobre su propio cuerpo. A la luz de los hechos cotidianos, el cuerpo de la mujer se presenta como un campo de batalla y de disputas de poder en el que la ciencia, la historia, el arte, la literatura, la política, el mercado, la religión y los mandatos sociales construyeron y establecieron modelos, definieron figuras y marcaron estereotipos de ser y sentirse mujer. Frente a estos mecanismos culturales de dominación, aún en el siglo XXI, las mujeres deben continuar luchando para lograr apropiarse de su cuerpo. El desafío es lograr que estas palabras puedan quedar en la memoria colectiva a modo de pregunta, instar a la reflexión a partir de la experiencia sensorial y cognitiva. Las manifestaciones artísticas como otro ámbito de reflexión suma su aporte de peso en la exhibición. Ocho artistas desarrollan, en forma comunitaria, intervenciones en el espacio del MUNT, aportando sentido a esa construcción sobre qué cosa supone ser mujer en estos tiempos y en consonancia con los ejes que estructuran la exposición.

Museo Abierto

S/T

Acción colaborativa y resto

Museo Timoteo Navarro

Tucumán – Argentina

2009

Obra en acción formó parte del Programa Tucumán a Museo Abierto que propuso un trabajo conjunto entre la Dirección de Artes Visuales de la provincia de Tucumán y La Baulera, iniciativa independiente de artistas. Para esa ocasión tomó como eje el dibujo e incluyó distintas miradas sobre esta práctica en el intento de dar una idea de las infinitas posibilidades de abordaje del mismo.

La actividad se realizó “en vivo” junto a los artistas Claudia del Río, Rosalba Mirabella y Alfredo Prior, en un espacio claramente delimitado en el contexto de la muestra, con el propósito de generar un diálogo/acercamiento directo con los espectadores. De allí que mi propuesta consistió en solicitar a los concurrentes que me “dieran una palabra” la que posteriormente traduje a imagen. Los dibujos fueron realizados sobre un panel ubicándose aleatoriamente sobre el mismo.

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro Tucumán. Fotografías: Marcos Figueroa. 2009

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro.

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro.

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro Tucumán.

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro.

 

S/T. Acción colaborativa y resto. Obra en acción. Dibujo. Grafito sobre panel. 1,80 m x 2,60 m. Museo Timoteo Navarro.

Murmullo

Ensayos de ocultamiento

Instalación

Rusia Galería – Programa Archipiélago

Tucumán – Argentina

2015

Abro armarios, cajas, cajones, alacenas. Recolecto objetos y los sustraigo del fluir cotidiano. Adheridos al muro, frágilmente atrapados –pegoteados- se dejan ver de a ratos detrás de una “veladura en movimiento” mientras un sonido ronco de motor acompaña la travesía. Algunos, esquivos, juegan entre otras capas de ocultamiento.

 

MURMULLO. Ensayos de ocultamiento. Instalación. Objetos, papeles, cintas adhesivas, plástico, ventilador. Medidas variables. 2015

 

MURMULLO. Ensayos de ocultamiento. Detalle. 2015

 

MURMULLO. Ensayos de ocultamiento. Detalle. 2015

 

MURMULLO. Ensayos de ocultamiento. Detalle. 2015

 

MURMULLO. Ensayos de ocultamiento. Detalle. 2015

Los días

Espacio La Punta – Arte contemporáneo

Muestra individual

2008

El Espacio La Punta surgió en 2007 con el propósito de desarrollar proyectos de artistas a partir del concepto de práctica del arte puesta en contexto, en una pequeña casa ubicada en la calle Florida 299, al sur de la ciudad de San Miguel de Tucumán.

visitar web

Los días consistió en la ocupación de toda la casa. En las dos salas ubiqué sendas instalaciones, y en la cocina llevé a cabo una acción (el día de apertura de la muestra), de la que quedó “un resto”.

* Sala 1: un sector de la sala fue ocupado por una suerte de pared (acumulación) construida con objetos propios de la cocina tales como ollas, sartenes, jarros, etc.

* Sala 2: un anafe, con su correspondiente garrafa, ocupó el centro de la sala. Sobre la hornalla encendida, coloqué una pava. Al hervir el agua que contenía, la misma emitía un punzante silbido que contaminaba el plano sonoro de toda la casa de modo constante.

* Cocina: llevé a cabo una acción consistente en hervir fideos y probar el “dente” de los mismos arrojándolos sobre los azulejos, sin quitarlos. De este modo, fue generándose “un dibujo” que se constituyó en huella de la acción realizada.

 

LOS DÍAS. Plano de sala

 

Registro

 

Registro

 

Registro

 

 

Invitación

 

LOS DÍAS (texto por Geli González)

Minutos
horas
días

más días
más horas
más minutos

más días…

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Cocina… lugar de tanto amor, y tan fastidioso por momentos.
Extremos que se tocan

El vaciamiento de la cocina tiene efectos de estallido. Los objetos que la habitan se expanden por la casa. Se acumulan en trincheras.
El chirrido de la pava horada la cabeza, violenta frenéticamente.
El dibujo, comestible y fugaz, se torna precario, inestable.

Lo rutinario se re-significa en la cotidianidad del espacio en un intento de huída del tedio.

 

Los días, un  proyecto  de Geli González (texto por Claudia Martínez, Valencia, mayo 2008)

… de armas tomar

Geli ha tomado la casa, desafiante se ha puesto en pie de guerra. Tras la muralla de utensilios suena crepitante y desesperado el grito del agua. Allá al fondo, en la  cocina, disparos. Contra el paredón yacen inertes los fideos en fatídico deceso, sus cuerpos retorcidos y empastados muestran el fin de la batalla. El tedio ha sido acorralado. 

Una dosis de humor e inteligencia es necesaria para reinventarse, para  situarse en la creación desde la adversidad de lo rutinario.

Lo más delicado de la obra de Geli es su capacidad de revertir el hastío en  poesía, así, los actos y los objetos cotidianos adquieren una cualidad extravagante.

En casa las jornadas pasan, las horas transcurren y se sucede el rito de todos lo días. En la cocina, ese ámbito en donde se elaboran los platos con imaginación para nutrir y no aburrir, conciliar gustos y disgustos e inventar con ingenio todos los días con poco dinero, mucha gracia y poco  tiempo; allí donde se cuecen también las ideas, Geli resuelve un dibujo con la excusa de probar “el  punto” de la pasta. El emplaste de harina húmeda deja huella, un  pegote que forma una amalgama de “líneas spaghetti” en  los azulejos de la cocina.

Las cacerolas, los cacharros y las sartenes en la sala, son ladrillos que construyen una idea. Una muralla de contención que la coloca en la  retaguardia, en el lugar de la reserva, para combatir desde allí con cautela y  fisgoneando desde el corazón  mismo de la  casa.

El agua hirviente, crispante y  sonora, una columna de vapor que se alza como una línea evanescente cruzando el aire es un grito de guerra, una alarma, un desesperado pedido de auxilio.

Los días, hace alusión al ingenio cotidiano de vivir y sobrevivir al hastío de la rutina de la vida, de la  cocina  y del arte de todos los días, con una chispa de magia e inteligencia, con cierto  humor y por así decirlo… convertir lo adverso en virtud.

 

Los Días (texto por Carlota Beltrame)

(…) no pasa un día en el que no estemos

un instante en el paraíso y también en el infierno (…)

J. L. B.

 

Creo que la cosa es así:

1. La instalación y la performance son dos lujos de la escena artística en la periferia extrema marcada, entre otras cosas, por la ausencia de un mercado, siempre demandante de esa rara y sofisticada mercancía que es el objeto de arte. Tucumán asume esa particularidad que la convierte en lugar de penurias para sus artistas, pero también en un lugar del que éstos saben extraer ventajas.

2. Como en cualquier parte del mundo, tanto  el paisaje urbano como el privado nos acogen por su familiaridad y por la misma razón nos repelen. En esto, Tucumán también es experta.

En la encrucijada de estos dos vectores (para parafrasear a curadores, historiadores y museólogos que saben más que yo), se encuentra “Los días”. Así pues, Geli González construye una mercancía que no podrá ser comercializada  y en la que la metáfora sobre el hastío parte  de lo privado para ampliarse como diástole hacia la experiencia colectiva.

Gracias por esperar de mí éstas u otras palabras.

                                                                                               

 

                                                                                               

                                                                                                

 

Lo que perdura

Instalación Proyecto Pared Tucumán

Marzo de 2014

Sobre la pared blanca se incrustaron dos objetos: una tetera y una taza de loza blancas. Cada objeto fue instalado a diferente profundidad generando una solución de continuidad objetos-pared.

Memoria conceptual

Me cautiva pensar en una vida para ese universo infinito que constituyen los objetos, pensarlos como portadores de historias. Incluso suelo imaginar algunos como extensiones de mi cuerpo…, en relación al tiempo que con ellos convivo.

Me refiero a esos objetos de mi más próximo entorno, esos que para muchos pasan inadvertidos por pertenecer al ámbito cotidiano.

Objetos como tantos otros, que a menudo son parte constitutiva de nuestros recuerdos y afectos, incluso de nuestras luchas.

¿Pueden las paredes devorarlos? ¿O ellos se mimetizan en inesperada rebeldía?

¿Acaso se hunden, naufragando en la rutina?

Inmóviles, cautivos, silenciosos, suplican nuestra atención.

Geli González

 

 

Texto Por María Gallo

Escribir sobre una obra de arte es asumir un desafío, porque todo acto de traducción implica el pasaje de una lengua a otra; y éste, que va de la obra al texto, quizás sea uno de los más complejos, porque supone la traducción de una traducción y, esa doble distancia de lo que primeramente movilizó al artista en la realización de su obra, nos expone más al error, a la posibilidad de realizar una mala interpretación, producto quizás de una escucha desacertada.

Y escribir sobre “Lo que perdura” es una tarea que se presenta particularmente difícil, y ello por la sutileza misma de la pieza, que a primera vista parece decir “casi nada”; pero que, si nos detenemos un momento, podremos quizás intuir algo más que la materialidad de sus elementos. El riesgo que corremos al enfrentarnos a ella, de no poder ir más allá de la primera impresión que nos produce la imagen que se nos presenta a la vista: una tetera y una taza de porcelana incrustadas en la pared, dejarnos seducir por la imagen y quedarnos en esa dimensión sensible sería detenernos al comienzo de un camino.

No es azarosa la alusión a Benjamin y es que la propuesta de Geli me recuerda mucho a un aspecto de la filosofía de aquél gran filósofo alemán, sobre todo a uno de sus textos: “Sobre el lenguaje general y el lenguaje humano”, en este texto Benjamin nos habla del lenguaje de las cosas, de cómo éstas tienen su propio lenguaje y es tarea del hombre escuchar lo que las cosas tienen en cada caso para decirnos y a partir de esa escucha realizar un acto de traducción. Geli no sólo convive y utiliza los objetos que la rodean, ella los escucha y una gran parte de su tarea artística consiste en un intento de traducir el lenguaje de las cosas al lenguaje del arte.

“Y lo que vengo trabajando es ese vínculo con los objetos […] que son como una extensión a veces, uno los usa tanto, tanto tiempo durante el día, que uno lo siente como extensión, de hecho la mesa que use en la performance era un poco eso, era como que yo estaba pegada en la mesa […]. Entonces me gustó mucho,
retomar eso, y pensar que esos objetos que son tan comunes, tan invisibles en general, yo quería ponerlos en situación…” (1)

Esta relación de Geli con los objetos la encontramos desde sus producciones más tempranas, es que pareciera que a la artista la sedujo siempre su entorno, detenerse en las cosas pequeñas, en detalles que hacen lo cotidiano, y que constituyen un mundo. Ella intenta quizás descubrir esas historias de las que los objetos son portadores, a esta tarea la realiza de distintas formas, lo hizo a través de dibujos, fotografías, acciones y, en esta oportunidad, a partir de una instalación. Podríamos decir que la artista, de alguna forma, viste los objetos, sus objetos, y con ellos se autorretrata.

Benjamin me sirve para un primer acercamiento a “Lo que perdura”, pero es posible seguir despejando otras capas de sentido, es que al conocer un poco más a Geli, al escucharla, nuevos significados van saliendo a la superficie. Pero para intentar esta tarea se hace necesario distinguir dos momentos de esta pieza.

Un primer momento, sería la propia intervención en la pared, en la cual se propone establecer un diálogo entre el muro y los objetos, un diálogo no exento de tensiones e incertidumbres, es que la imagen que plantea es enigmática, aquellos utensilios tan cotidianos como lo son una tetera y una taza, a los que solemos ver en alacenas o dispuestos en la mesa para su uso, ahora se nos presentan como penetrando o emergiendo de una pared, no se sabe, esa incertidumbre genera cierta incomodidad en el espectador, nos hace detenernos en ellos y pensarlos, ya no como meros útiles, sino como portadores de historias, ellos dicen de nosotros. (2)

Al segundo momento lo constituye la dimensión temporal de la intervención, su aparente perdurabilidad, condición que la artista decide interrumpir. Aquello en apariencia inamovible, inerte, que permanece en el tiempo se hace difícil de soportar, es por eso por lo que en un acto casi de ritual Geli necesita extraerlos de esa condición, y ahí es cuando surgen -a partir de un diálogo que mantuvimos- palabras como exhumación, desentierro, pero también otras como atesoramiento, preservación, todas ellas vinculadas a una experiencia cercana a la muerte que la artista vivió hace un tiempo atrás.

“Lo que perdura” ya no lo encontraremos en una pared, pero sin duda seguirá perdurando en mi memoria, por no ser cursi y decir corazón.

(1) Entrevista a Geli González, marzo de 2014.

(2) Memoria conceptual de “Lo que perdura” de Geli González.

Septiembre de 2015

 

 

 

Intérprete

URRA – Residencia de arte en Bs. As.

2011

La Residencia reunió a un grupo de artistas visuales internacionales, para vivir y trabajar en la ciudad de Buenos Aires durante un mes (Octubre). En ese lapso participé en una exhibición inaugural, presentaciones audiovisuales y un estudio abierto. En este último presenté Intérprete en el que pedí a mis compañerxs y otras personas con las que entré en contacto durante esos días que me dijeran/regalaran una palabra a partir de la cual operaba como “traductora” realizando un dibujo s/papel (pequeñas hojas de block) con fibra, bolígrafo, lápiz y goma.

URRA ir al sitio

 

RESIDENCIA URRA. Taller.

 

RESIDENCIA URRA. Taller.

 

RESIDENCIA URRA.Taller.

 

RESIDENCIA URRA. Estudio abierto. 2011

 

RESIDENCIA URRA. Estudio abierto. 2011

 

RESIDENCIA URRA. Estudio abierto. 2011

 

 

Contienda

Performance (13 minutos)

Rusia Galería, Tucumán, Argentina

Una mesa con ruedas como extensión de mi cuerpo. Continuidad cuerpo-mesa que se desliza con movimientos circulares. En el sentido de las agujas de un reloj.

2012

 

Mientras la belleza nos alcanza (texto por Aldo Ternavasio)

“[…]son objetos muy intrincados, llenos de sutilezas metafísicas y de resabios teológicos. […] La forma de la madera, por ejemplo, cambia al convertirla en una mesa. No obstante, la mesa sigue siendo madera, sigue siendo un objeto físico vulgar y corriente. Pero en cuanto empieza a comportarse como mercancía, la mesa se convierte en un objeto físicamente metafísico. No sólo se incorpora sobre sus patas encima del suelo, sino que se pone de cabeza frente a todas las demás mercancías, y de su cabeza de madera empiezan a salir antojos mucho más peregrinos y extraños que si de pronto la mesa rompiese a bailar por su propio impulso”. K. M.

“Mientras la belleza nos alcanza, podríamos desafiar los motivos de nuestras miradas” E. T.

Contienda

Si esta mesa está aquí, lo está no porque vendría en nombre de todas las mesas o de todo aquello que una mesa podría metaforizar. Está aquí, a punto de comenzar a moverse, fundamentalmente porque tiene una historia. Esta historia no será contada, pero existe. No importa. No importa cuál es la historia de la mesa, sino que es la mesa de una historia, es decir, de algo que no es arte. De algo que no es arte, es decir, que es la vida. Que es el resto de la vida que no es arte. Y la vida, la vida en la obra de Geli es también, y sobre todo, el resto del arte que no es arte. Puntos de vista, maneras de ver las cosas. Arte y vida implicados ¿cómo? Como esa(s) figura(s) que puede(n) ser vista(s) indistintamente como un pato o como un conejo pero nunca como ambos a la vez.

La mesa se moverá, sí, pero no lo hará sola (eso solamente ocurre cuando se invocan espíritus). Pero por qué no lo hará. Sin dudar: porque no hay arte sin contienda. Pero esa contienda hace tiempo que se volvió invisible, secreta, tácita (a esa invisibilidad es a lo que llamamos “contemporáneo”, entonces, arte contemporáneo de esa invisibilidad). Si hoy aún hay arte, lo hay sólo donde podría no haberlo, es decir, no en la vanguardia de la contienda sino en la ilusión de una tregua. Las guerras son también guerras de ilusiones: invisibilidad, simulacro, señuelos. Pero son guerras porque llegan al cuerpo. En las guerras se pone el cuerpo. Arte, es decir, la continuación de la contienda por otros medios. Arte, es decir, la continuación de la belleza por otras ilusiones. Es Geli quién se ata a la mesa para moverla y de esta manera, nos deja ver que la belleza es sólo de la contienda. No de la aniquilación de las resistencias.

Ganar el encanto, contenderlo. Cuando todo está encantado –y todo lo está-, nada es encantador. Encanto sin contienda. Entonces, como Geli, pongamos las cartas sobre la mesa. No todo está servido, y por eso, hay que hacer algo. Hacer algo. Librar la contienda. No. Haberla librado ya y volverla a librar ahora. Pero también, impuestos sobre la mesa, “sutilezas metafísicas y resabios teológicos” Eso es la mesa: el lugar de la contienda librada. La contienda entre ¿qué y qué? ¿Entre el tiempo perdido y el tiempo recuperado? Sí, por ejemplo. El té: la contienda por el tiempo se libra en la repetición. Recuperar tiempo, en este caso, no tiene que ver con reponer una memoria. Si hay una contienda para recuperar tiempo, es, antes que nada, porque ese tiempo estaba (está) ocupado. Recuperar, entonces, en el sentido de reapropiar, de reponer cierta soberanía, de disputar cierta usurpación. Si el tiempo estaba perdido no lo estaba por extravío sino, en todo caso, por expropiación. Pero siempre hay algo que no alcanza a repetirse, en la vida y en el arte. Contienda entre lo que recupera tiempo perdido y lo que lo expropia. Entre el arte  y la vida. Entre el arte y el resto del arte. Entre el arte que invita a bailar y el que baila solo. Si el encanto se sirve, también se derrama. Ilusión: cuando parece que Geli mueve la mesa, en realidad baila con ella.

 

CONTIENDA. Boceto
CONTIENDA. Boceto
CONTIENDA. Planta de la sala con indicación de movimientos y ubicación de los cuatro estantes.

 

Contienda from Geli González on Vimeo.

Casi silencio

Muestra individual

Casa Club de los arquitectos

San Miguel de Tucumán

1999

Instalación conformada por pequeños dibujos que fueron realizados en el lado engomado de una cinta de papel y luego transferidos a las paredes (sala rectangular de 4mts x 8mts). La iluminación general provocaba cierta perplejidad en el espectador dado que la primera impresión era la de una sala aparentemente vacía, en la que debía ir al encuentro de los silenciosos íconos.

 

Un duende en el silencio

“Por  eso  debemos encarar un  cuadro ( vamos a mantener este nombre conveniente, ahora antiguo)  como una forma de teatro  tradicional:  se   abren las   cortinas,   miramos,   esperamos percibimos, comprendemos y  más  de una vez la escena termina y el  cuadro es retirado, recordándonos que  ya  no somos los mismos:  como en  el teatro antiguo, fuimos iniciados.”

Roland Barthes

Cy Twombly. Painting and drawing

Texto por Jorge Gutiérrez

Durante las siestas, en el silencio noctámbulo de la ley, el trazo se desliza  por las paredes.

La línea es una estrategia sutil que se sumerge en un diseño simple, así  se desnuda la imagen.

Esta es la imagen primera, la que desata la aventura. Como en el mito, el orden del mundo de lo cotidiano se altera en un punto de dramatismo y juego, donde lo dramatizado juega dialécticamente entre la posibilidad y la prohibición.

Un mundo transfigurado y modulado por la imaginación y el deseo; la acción es imagen en ambos casos. El espacio del dibujo gana el muro, que deja de ser mero soporte del soporte.

El muro es la razón de la transgresión, la razón del deseo; cada imagen gana de un salto (salto como acción primordial, como performance) el impulso seductor del espacio íntimo y lo realza en  un  espacio / acto  vivencial.

La obra de Geli González nos introduce en cada trazo, en cada imagen, a un mundo privado, como en aquellos recuerdos adormilados de las siestas y los juegos secretos.

La síntesis entonces es el dominio de la conversión de la emoción en imagen.

Geli nos demuestra que ese recuperar lo que parece irreversiblemente perdido, vale la pena, como abrir de nuevo las puertas de lo que puede ser  recordado y reconquistado, como un duende que en silencio abre las puertas a la imágen para que comience su aventura secreta.

 1999

 

CASI SILENCIO. Instalación. Dibujo realizado sobre el lado engomado de una cinta de papel y transferido a la pared. 2cm x 2cm (aprox.) 1999

 

CASI SILENCIO. Detalle. 1999

 

CASI SILENCIO. Detalle. 1999

 

CASI SILENCIO. Detalle. 1999

 

CASI SILENCIO. Detalle. 1999

 

CASI SILENCIO. Detalle. 1999

 

© 2025 Geli Gonzalez